“Quiero que la gente entienda que el arte y la pintura forman parte de un mundo accesible del que se puede vivir. Cuesta trabajo, sí, pero igual que todo gran oficio”
Isa Lator es una joven artista que hace tiempo que decidió embarcarse en la arriesgada aventura de hacerse un hueco en el mundo del arte, concretamente, la pintura. Hoy, la conocemos.
“Como persona que tiene un pincel en mano desde que recuerda, no imagino otra cosa a la que dedicarme que no sea pintar. Pintar y, al hacerlo, contar historias que lleguen a las personas que vean mi obra, que les aporte.”
Isa comenzó a pintar cuando era muy pequeña y ya entonces supo cuál era su pasión. Las exigencias del instituto y los estudios provocaron un parón momentáneo, pero no tardó en retomarlo cuando esta etapa acabó. Así decidió entrar en la carrera de Bellas Artes.
Fue aquí donde, considera, comenzó a definirse como artista, gracias a uno de sus primeros y mayores trabajos, una serie de retratos que trataban de plasmar la evolución y efectos del alzheimer en la mirada de su abuelo.
¿Quién es Isa Lator como artista?
“Considero que no tengo un estilo concreto. Me muevo entre varias técnicas, soportes y artes finales; desde el clásico cuadro, hasta las ilustraciones de un cuento o el estampado de una vajilla. Desde la acuarela, al acrílico o el collage.”
Así es como define su estilo de pintura la joven artista que, aclara, no suele seguir ningún ritual concreto. Como decía Picasso:
“Cuando llegue la inspiración, que me pille trabajando”
Le preguntamos entonces qué es lo que llama su atención a la hora de elegir qué pintar,cuáles son sus temas o dónde comienza su pintura. Esto es lo que nos contesta:
“Cuando hago retrato me gusta centrarme en las miradas, darles brillo y expresión, no me importa que el resto tienda a la deformidad. Cuando son espacios o plantas ocurre lo mismo, no hay ojos, pero sigue habiendo expresividad en algún punto. En cuanto a los temas, tengo predisposición a la familia, los animales y los lugares con una vida curiosa, aunque a veces, se me cuelan alguna estrella y sus brillantes extravagancias.”
Además, añade:
“No existe nada concreto que me haga elegir a quién quiero pintar. No es belleza, es más bien una sensación que aparece cuando me encuentro con alguien. Ya, desde el primer momento, me estoy fijando en tus rasgos faciales y en cómo podría pintarlo”
Cómo veis, la mirada de un pintor no descansa, se encuentra en continua búsqueda y trabajo.
UN PEQUEÑO CONSEJO:
Le pedimos ahora que nos de algunos consejos para aquellas personas que, quizá, dudan en embarcar también esta aventura.
“Yo soy la primera que ahora mismo necesitaría una recomendación” aclara, “La verdad que me encuentro en un periodo de inversión y riesgo, más que de ganancia, pero creo que es una fase que todo artista debe pasar. A mi me ayuda leer y ver entrevistas de grandes referencias de la pintura donde relatan que, igual que yo, tuvieron unos inicios difíciles y arriesgados. Los tres primeros años son duros, pero confío en la recompensa que pueda llegar. Todo trabajo tiene su periodo de incertidumbre, ¡Hasta unas oposiciones!”
En orden: Jane Goodall, Brilliant Maisie, El Joven Indiscreto (de la serie "Transeúntes) y Smelly Cat.
¿EN UN MUNDO DIGITALIZADO, DONDE LO INMEDIATO E INSTANTÁNEO REINAN, CÓMO ES TRATAR DE VENDER PINTURA?
Abrimos con Isa el siguiente debate, donde le preguntamos sobre las dificultades y miedos que pueden surgir de un mundo donde, cada vez más, el valor de una pieza única, física y que requiere tiempo y paciencia, pierden su valor, sobre todo en las nuevas generaciones.
Instagram, Google, Whatsapp...nos enseñan y permiten tener todo tipo de contenido al instante, pudiendo compartirlo y, en muy pocas ocasiones, pagando un precio.
Un cuadro, sin embargo, requiere tiempo y trabajo, además de una apreciación en vivo. Por lo general, se crean reproducciones únicas que no se pueden compartir y que, lógicamente, tienen un precio.
“El tiempo va evolucionando” Responde Isa a esta pregunta. “Considero que en un cuadro debe primar su autenticidad y, en muchas ocasiones, exclusividad. Son muchos artistas los que recurren a la realización de réplicas de sus pinturas en diferentes formatos y, aunque me parece completamente válido y respetable, no es el tipo de distribución con el que yo me siento identificada ahora mismo. Considero que el nombre del artista y la existencia de esa pieza en exclusiva son dos factores que hoy en día se tienen muy en cuenta entre los amantes del arte. Es ahí donde intento centrarme y lo que me hace mantener la esperanza”
¿Considerarías entonces que te diriges a un público que debe estar enterado e interesado en la pintura?
“Confío en que aquellos amantes del arte son los que van a seguir apostando por la pintura única y física. Me gustaría que esto pudiera extenderse a los jóvenes y personas menos aficionadas. Además, el mundo digital y la fotografía tienen públicos distintos, no los considero una amenaza”
¿Qué mensaje te gustaría mandar a los lectores?
“Quiero que la gente entienda que el el arte y la pintura forman parte de un mundo accesible del que se puede vivir. Cuesta trabajo, sí, pero igual que todo gran oficio. Nuestros cuadros y pinturas son un producto más que debemos tratar de vender. Animo a todo dudoso o dudosa a embarcarse en esta aventura arriesgada.”
Por último, le lanzamos a Isa una pregunta que trataremos de mantener en las futuras entrevistas:
¿QUÉ HAS APRENDIDO HOY?
Isa ríe y contesta:
“Pues mira, esta mañana trataba de trabajar en la tienda con mis padres al mismo tiempo que pensaba en todas las cosas que tenía que hacer por la tarde (la entrevista contigo, escribir, pintar…) y no dejaba de agobiarme. Hasta que he decidido parar y decirme a mi misma: Isa, hija, lo que salga saldrá, de qué sirve agobiarse.”
Así finaliza nuestra entrevista con Isa, la primera de, esperemos, muchas. Un espacio donde dar visibilidad y apoyo, gracias al que hoy aprendemos que la pintura sigue viva y que gente como Isa nos ayudan a recordar su importancia y autenticidad.
Manuel Imízcoz.
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