Nos han enseñado a seguir una opinión ya creada, a no inventar, a no pensar. Nos bombardean con millones de tipos de información que llegan a ser confusos. En internet encontramos apoyo creíble a cualquier opinión.
Vivimos en una sociedad de Dioses, donde todos creemos tener la verdad
absoluta, donde solo nos juntamos con personas que piensan igual que nosotros, donde si la opinión viene de una ideología diferente a la nuestra ni nos la cuestionamos. Sólo vemos problemas y más problemas y de las soluciones que se encarguen otros, siempre buscando culpables.
Esta reflexión anima a escuchar, a escuchar mucho y no siempre lo mismo, a comparar, a respetar y a formarnos nuestra propia opinión diferente a cualquier otra, a ser únicos. Eso sí, abiertos a que evolucione y a que no tiene por qué convertirse en la verdad de todos.
Violeta Gómez sánchez
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